El día que teloneamos a Neil Young (I)

Una novedad tecnológica del silo XXI son los discos duros externos antíguos. Trasteros del futuro más cercano en el que guardamos todo tipo de material audiovisual que ya no sabemos dónde poner. Ayer en uno del tamaño de una cinta de VHS (carraspeo) encontré algo totalmente distinto a lo que buscaba, pero que hasta ahora había quedado aparcado en mi memoría: Las fotos de El día que te teloneamos a Neil Young.

Fue un 31 del mayo del año 2009. Lo sé porque lo he mirado en google (que quizá sea el trastero de la próxima generación)  en una críitica en la que además nos ponen bien.
Rebeca Jiménez fue la elegida para abrir su show ante miles de personas y ahí estábamos de nuevo los tres locos con nuestro osado set acústico: Toni Jurado a la percusión, Rebeca al piano y yo con la guitarra. Hemos tocado en este sencillo formato en un montón de sitios pequeños y en algunos MUY grandes y en esta ocasión lo hicimos en el Velódromo de Anoeta. Cuando vas con una cantante como Rebe, no te preocupa tanto el tamaño del lugar porque sabes que se va hacer escuchar, pero la verdad es que tocar ante un artista del tamaño del viejo Young  te pone muy alerta:

Por un lado, ya desde días antes al concierto sueñas con poder tomarte una cerve con él, conocer a su banda, ver o incluso tocar sus guitarras y descubrir cómo funciona todo en una gira mastodóntica. Es una ilusión que te convierte de nuevo en el pequeño aspirante a músico que en realidad parece que uno nunca deja de ser.

Por otra parte sabes que es una gran oportunidad para dar a conocer tu música. Tocábamos las canciones de Rebeca pero Toni y yo siempre las sentimos como nuestras. Sales a un escenario y tienes a un río de gente que va desembocando a tus pies. Van hablando de sus cosas, pensando en comprar un perrito caliente, saludando a unos colegas o dando gritos por el móvil. No es el mejor día para ganarte a un nuevo fan pero es el día que tienes. Sales, saludas y te dedicas a darlo todo durante 30 minutos muy intensos y especiales, disfrutando del arrope que te dan algunos seguidores que también tenían ganas de ver y disfrutar el aperitivo. Notas como en muy poco tiempo creces mucho como músico. Cuando terminas te sientes eufórico y sabes que en cuestión de minutos vas a poder disfrutar de un concierto que te mueres por ver y con privilegios dignos de la mayor casta, como tomarte una copa a la salud del jefe o no hacer cola para ir al baño... Un planazo y un caramelo para el ego.

La semana que viene continuaré con la parte más técnica y guitarrística , ilustrada además con todas las fotos que pude hacer antes de nuestra prueba de sonido, pues lo que lleva este tipo y su banda en el escenario es complejo y bestial y tuve la suerte de poder dedicarle unos minutos.

Mientras tanto, una foto de aperitivo y un sencillo reto: ¡A ver si ecuentras el patinete!